


En este articulo hablaremos sobre las perlas de río, su formación y cuidados.
En el mundo de la joyería y la bisutería, en general, es muy natural llamar perla a cualquier cuenca utilizada para decorar y complementar collares, pero realmente las perlas son las cuencas que se obtienen de las ostras y otros moluscos, y a algunas imitaciones sintéticas creadas por el hombre.
Las perlas son las gemas más antiguas conocidas hasta los momentos y también son las únicas de origen orgánico, que se originan del carbonato de calcio combinándose con sustancias orgánicas producidas por los moluscos. Estas se forman en el interior de moluscos marinos o de rio cuando detectan un compuesto extraño en su interior. El molusco reacciona ante tal intrusión (microorganismo, resto de comida, grano de arena, etc.) y con el mismo nácar de su concha intenta cubrir o capturar al intruso. Este proceso se produce de forma natural pero también puede ser provocado por el hombre, procedimiento que hoy es conocido como el cultivo de perlas.
Las perlas de río se producen de forma natural, pero también pueden ser “cultivadas” por el hombre. Estas no son tan “perseguidas” pues no ser las que comúnmente se comercializa pero pueden llegar con mayor facilidad a nuestras manos.
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¿Has pensado alguna vez en el significado de las perlas? Según la historia y los mitos, las perlas son el símbolo de la sabiduría obtenida a través de la experiencia. Se cree que las gemas ofrecen protección, así como atraen la buena suerte y la riqueza. Son conocidas por sus efectos calmantes. Las perlas tienen una forma de traer equilibrio a su karma. Los mitos dicen que las perlas mantienen a tus hijos a salvo mientras fortalecen tus relaciones.
También se dice que estas pequeñas gemas son un símbolo de la lealtad, generosidad, integridad y pureza del portador. Y, estos son sólo algunos de los mitos detrás de estas preciosas gemas. A pesar de las muchas cosas diferentes que se dice que simbolizan las perlas, el significado más extendido entre la gente de hoy en día es el de la perla como símbolo de la pureza y la lealtad de su portador. Esta es una de las razones por las que cada vez más novias optan por llevar perlas el día de su boda. No sólo son absolutamente impresionantes, sino que su significado simbólico las hace ideales para el evento.
A continuación hablaremos un poco sobre las perlas cultivadas de rio. Estas perlas son cultivadas en bahías, lagos y ríos y en diferentes tipos de mejillones de agua dulce. El procedimiento de cultivo consiste en introducir dentro del mejillón un núcleo y esperar a que el mismo lo vaya recubriendo con su nácar o madre perla hasta formar la perla en sí.
En este caso el núcleo introducido no es más que un tejido blando extraído de otro molusco que se va descomponiendo al formarse la perla. Se pueden colocar aproximadamente unos 10 núcleos a la vez. Además si el procedimiento se realiza con mucho cuidado, el molusco sobrevive después de abierto y cabe la posibilidad de volver a cultivar nuevamente en el.
El cultivo en mejillones es mucho más fácil y rápido que en ostras, por lo tanto el precio de las perlas cultivadas de esta manera es mucho menor. Sin embargo, una desventaja es que el brillo de estas perlas es menor que las cultivadas en ostras (agua salada), y es mucho más difícil lograr perlas esféricas. Pero se obtiene una amplia gama de colores en tonos naturales que van del blanco al rosado pasando por el beige y color marfil.
También se pueden teñir de forma artificial, colocando al momento de cultivarla dentro del mejillón un tinte que se va liberando lentamente en la medida que se va formando la perla. Otra cosas que se puede hacer es pintar después de extraerlas ya formadas pero solo tendría color en la superficie externa.
Las perlas de río pueden ser de color blanco, rosado o purpura. Se puede obtener perlas negras tiñendo el núcleo al momento de cultivarlas.
Hablemos un poco sobre la calidad de las perlas de río naturales. Para una persona que no sabe mucho de perlas de río cultivadas, dos perlas del mismo color y casi igual tamaño son prácticamente iguales, pero para un experto en la materia realmente pueden ser muy distintas en calidad y precio. Veamos cuales son los factores determinantes que influyen en la calidad de estas preciadas gemas:
Las perlas provienen de las ostras y los mejillones, pero exactamente ¿cómo se forman las perlas? El proceso comienza cuando una partícula, o lo que se conoce como irritante, entra en el interior del molusco. Esta partícula en esencia funciona como el núcleo de la perla desde una etapa muy temprana. Una vez que el irritante queda atrapado, el molusco comienza a revestirse de nácar como mecanismo de defensa. El nácar es un compuesto hecho principalmente de aragonito que es fuerte e iridiscente.
El brillo único (o resplandor) de las perlas proviene de este nácar. El molusco recubre el núcleo con miles y miles de capas de nácar, y con el tiempo, una perla comienza a formarse lentamente. El tiempo que tarda una perla en formarse depende de la tasa de crecimiento del nácar. La mayoría de las perlas suelen tardar entre dos y cuatro años en desarrollarse completamente.
Debido a que toma mucho tiempo para que una perla se forme y pueden ser muy difíciles de encontrar en la naturaleza, la mayoría de las perlas en el mercado hoy en día son cultivadas. Las perlas cultivadas se crean de la misma manera que las perlas naturales. Aunque el granjero tiene más control sobre el producto final.
Intencionalmente insertan un irritante y luego se aseguran de que el molusco viva en un ambiente donde segregue nácar en el color deseado de la perla. Las perlas cultivadas suelen tardar unos tres años en formarse, ya que el granjero insertará un irritante más grande como "semilla" que el que existiría en la naturaleza. Como las perlas naturales son muy raras, y cientos de ostras o almejas tendrían que ser abiertas para encontrar una perla silvestre, las perlas cultivadas son más comunes.
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